No hay año que pase que no se hagan nuevos descubrimientos, que la ciencia, la tecnología y cualquier otro campo de conocimiento no avance. Sin embargo, y lejos de ir a mejor, parece que hemos llegado a un punto a partir del cual no se sabe si la dirección producto de nuestro movimiento es contraria de la que cabría esperar. Polución ambiental, terrestre y marítima; personas con enfermedades que antes eran casos aislados (asma, alergias, obesidad, depresión, anorexia, bulímia...); más y mayores conflictos armados; desastres ecológicos, accidentes y desajustes medioambientales...
Pero no voy a hablar aquí de todo ello; sería imposible. Mi intención es tocar dos temas de controvertida actualidad: el tabaco y los móviles. Ambos son temas dispares, si no fuera por un nexo que los une: el perjuicio a la salud.
Empezando por el primero, son más que conocidos los perjuicios que se derivan no sólo de fumar, sino de tragar el humo de los demás fumadores aún y no siendo fumador (el llamado 'fumador pasivo', que asombrosamente, es el más perjudicado por el tabaco). El daño que se ocasionan los propios fumadores es más que conocido, por lo cual me parece absurdo comentar, habiendo tan extensa literatura. Acerca del fumador pasivo, voy a citar algunos de los perjuicios que recibe, por el mero hecho de serlo (obtenidos de diversas fuentes):
- Después de que una persona no fumadora pasa media hora en una sala donde hay humo de tabaco, sus depósitos de antioxidantes (incluida la vitamina C) descienden al mínimo. Estas sustancias son las que protegen, entre otras cosas, las arterias para que no se formen placas de ateroma (causantes de la enfermedad cardiovascular).
- El humo de segunda mano causa cáncer y enfermedad cardiovascular, amén de otras complicaciones respiratorias y, en niños, muerte súbita e infecciones de oído.
- Acumulación del colesterol malo en los macrófagos, paso previo a la aterosclerosis.
- El tabaquismo pasivo puede ser una causa directa de asma infantil.
- Una mujer no fumadora que convive con un fumador tiene el doble de riesgo de contraer una enfermedad coronaria que otra que vive en una casa sin humos.
- El aire contaminado empeora la condición de los asmáticos, y favorece la bronquitis y la neumonía. Los niños que viven con padres que fuman en casa sufren con más frecuencia infecciones respiratorias y del oído medio y tienen mayor riesgo de tener problemas pulmonares. Los bebés que están expuestos al humo ambiental también tienen más riesgo de muerte súbita.
- El humo de tabaco ambiental contiene todas las sustancias cancerígenas y agentes tóxicos. Por tanto, es lógico que la exposición involuntaria a este humo cause las mismas enfermedades en las personas sanas no fumadoras.
- El humo respirado por las personas que no fuman es una mezcla de componentes con cuatro orígenes diferentes: el humo exhalado por el fumador; el emitido por el cigarrillo en su combustión espontánea; los contaminantes emitidos por el cigarrillo en el momento de fumar; y los que se difunden a través del papel del cigarrillo entre las caladas.
- "El fumador pasivo está sometido principalmente al humo de la corriente principal (la que se produce al aspirar el humo del cigarrillo, con una combustión a 900ºC), cuya composición es algo distinta a la de la corriente lateral o secundaria (el humo que se produce sin la aspiración de aire a través del cigarrillo, con una combustión a unos 600ºC)".
Es por ello que me alegro que desde Europa se hayan decidido a adoptar medidas legales para controlar su consumo en sitios públicos. En España, ya hay planes al respecto para este año.
En cuanto al segundo tema, aquí ya hay menos bases científicas, los estudios son recientes y, al parecer, no concluyentes. He aquí un par de explicaciones del problema [1] [2].
Ya hace unas semanas supe por prensa y televisión que unos estudios (Proyecto Reflex) que hasta la fecha estaban siendo financiados por la UE habían averiguado que las radiaciones ocasionadas por los teléfonos móviles modificaban el ADN celular. Al parecer, este mismo año la UE les cortaba la subvención [1] [2]. Esta misma semana ha vuelto a salir el mismo tema, de la mano del Gobierno Británico (cabecera de la noticia), destacando el mayor riesgo para los jóvenes. Por su lado, la OCU desmiente cualquier perjucio de la telefonía móvil para la salud. Parece que hay opiniones para todos los gustos.
Finalmente, unos consejos para los móvil-escépticos:
- Comprar móvil con antena, para tenerla más separada de la cabeza.
- Usar dispositivo de manos libres, por el mismo motivo (mucho mejor que la propuesta anterior).
- Llamar lo imprescindible; es mejor usar mensajes de texto, pues la radiación dura sólo unos instantes.
- Cambiar de oreja cada cierto tiempo si se está hablando por móvil.
- Alejarlo del cuerpo durante el establecimiento inicial de una llamada, para evitar el "pico máximo".
- Evitar hablar donde hay poca cobertura, pues es ahí donde la señal tiene mayor intensidad.
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