Esto que paso a comentar tiene orígen en un documental que ví una madrugada -sí, unas de esas cosas por las cuales aún vale la pena mirar la TV-. El interesante tema era el siguiente. Resulta que, como todos bien sabemos, la limpieza e higiene han venido siendo un pilar fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad. Han permitido liberarnos de epidemias y demás enfermedades endémicas, han beneficiado incluso el campo de la medicina -ver asepsia en el DRAE- y, en un sentido menos práctico, ha mejorado la imagen de las personas. Pero al parecer, no todo son beneficios. Y esto puede que se te haya pasado por la cabeza alguna vez cuando en los anuncios de champús o geles de baño se hace hincapié en el "respeto al ph natural de la piel". Sí, porque nuestra piel tiene un grado de acidez determinado, y si un champú no lo respeta, por muy limpio que lave, lo hace en detrimento de la salud de nuestra piel. Y es entonces cuando se nos plantea una primera aproximación a lo que quiero comentar; ¿es mejor estar limpio y afectar nuestra piel? ¿O bien es preferible ir sucio, pero respetando a nuestro cuerpo? Evidentemente, en este caso diríamos que, gracias a los champús/geles actuales, se puede ir limpio y no dañar a nuestro cuerpo. El ejemplo anterior era exagerado, pero sirvió para entrar en materia. Resulta que en las sociedades actuales y, especialmente, en las desarrolladas, tenemos una excesiva preocupación por la limpieza. Y con esta premisa, compramos y usamos múltiples y variados productos de limpieza corporal, de limpieza biológica (eliminación de 'bichos'), limpieza de la casa... Y no somos conscientes de lo que eso nos puede afectar, porque el organismo nunca estuvo tan acostumbrado a exponerse a tanta limpieza ni a tantos productos de este tipo. Por tanto, si no estamos adaptados biológicamente a ello, no puede ser bueno. Resulta que en las sociedades subdesarrolladas (o en vías de desarrollo) no tienen, o no han adoptado aún, estas costumbres. Y si bien siguen teniendo enfermedades que las sociedades desarrolladas ya superaron y apenas recuerdan, también es cierto que en estas están surgiendo un nuevo tipo de enfermedades de las cuales poco o nada se conoce su orígen. Apenas tengo conocimientos de medicina, pero es un hecho conocido que las alergias, el asma, y demás desadaptaciones de nuestro cuerpo van en auge en las sociedades modernas. Y digo desadaptaciones porque se ha demostrado científicamente que es nuestro propio cuerpo el que reacciona contra agentes normales de forma desmesurada y totalmente descontrolada. En este documental también se vieron otras enfermedades, tales como fallos en la actuación de las células encargadas de la pigmentación de la piel, que pueden causar manchas ante la exposición solar y, en el peor de los casos, convertir en hipersensible a una persona y hacerle la vida imposible al descubierto. ¿Hasta que punto es conveniente ser un frenético de la limpieza? ¿No es más recomendable ser más condescendiente y dejar que nuestro organismo se exponga a lo que, históricamente, está acostumbrado? ¿En qué grado deberíamos protegernos de agentes externos? Dejo aquí mis vacilaciones para que las personas interesadas desarrollen por ellos mismos su propia concepción de lo comentado. Y de paso invito a participar, a modo de comentario, a cualquiera que quiera aportar ideas, hacer rectificaciones o añadir lo que crea necesario. Cualquier opinión es bienvenida. Comentarios (0) |